moringa en capsulas

¡Ay, la moringa! Es una de esas maravillas de la naturaleza que no deja de sorprenderme. ¿Sabías que es conocida como el «árbol de la vida«? Y es que tiene tantas propiedades que uno se siente con ganas de compartirlas con todo el mundo. Hoy quiero contarles cómo preparo mis cápsulas de moringa en casa, una forma práctica y sencilla de aprovechar todos sus beneficios.

Paso 1: Recolección y Secado de las Hojas

Lo primero que hago es recoger las hojas frescas de moringa. Si tienes una planta en casa, ¡qué bendición! Si no, asegúrate de comprar hojas de moringa en algún lugar de confianza, donde vendan la planta sin pesticidas.

Para secarlas, simplemente extiendo las hojas en una bandeja amplia y las dejo en un lugar seco y oscuro por unos días. No te apresures, la moringa necesita tiempo para secarse bien sin perder sus propiedades. En un par de días, verás que las hojitas están completamente secas y crujientes.

Paso 2: Moler las Hojas

Una vez secas, paso las hojas a un procesador de alimentos o un molino (sí, de esos de café sirven de maravilla). Tritura las hojas hasta que se conviertan en un polvito verde intenso. Este polvo es el que contiene todas esas maravillas de la moringa: vitaminas, minerales y antioxidantes.

Paso 3: Llenar las Cápsulas

Ahora viene la parte divertida: llenar las cápsulas. Para esto, compro cápsulas vacías (las de tamaño “0” o “00” son las más comunes). Con una cucharita, voy colocando el polvito en cada cápsula, presionándolo suavemente para que quede bien compactado.

Asegúrate de no sobrellenar, porque puede dificultarse el cierre. Una vez llena, solo hay que cerrar la cápsula, ¡y listo!

Paso 4: Almacenamiento

Para que no pierdan sus propiedades, guardo las cápsulas en un frasco hermético y en un lugar fresco y oscuro. De esta forma, las cápsulas se mantendrán en buenas condiciones por varios meses.

¿Por Qué Tomar Moringa en Cápsulas?

Todas las personas, hay días en que necesitamos un “empujoncito” natural para tener energía y bienestar. Las cápsulas de moringa son una manera muy práctica de consumir esta planta. Puedes tomar una o dos cápsulas al día, según te sientas y lo que te recomiende tu médico.

Y así de sencillo, tienes moringa en cápsulas, lista para darte sus beneficios cuando más los necesites. Recuerda que siempre es bueno consultar con un profesional de la salud si tienes alguna condición especial, pero si eres como yo, que solo quiere sentirse mejor cada día, ¡las cápsulas de moringa son una maravilla!



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